Wiki MONK
Advertisement
El Sr. Monk y la huelga de basura
Basura
Información
Número de episodio: 5.02 (63)
Título original: Mr. Monk and the Garbage Strike
Guionista: Andy Breckman
Daniel Gaeta
Director: Jerry Levine
Duración: 43 min. (aprox.)
Fecha original de emisión: 14/07/2006
Episodio anterior: El Sr. Monk y el actor
Episodio siguiente: El Sr. Monk y el gran partido

El Sr. Monk y la huelga de basura es el segundo episodio de la quinta temporada de Monk.

Argumento[]

La mayor huelga de basureros en la historia de San Francisco no ha hecho más que empezar. La basura se apila por todos lados, y el jefe del sindicato de sanidad, Jimmy Cusack, ha prometido un paro laboral prolongado.

La ciudad es un lugar de pesadilla para Monk, y la situación empeora cuando Jimmy Cusack es encontrado muerto en su despacho (aparentemente, se ha suicidado). Sospechando juego sucio, el sindicato de basureros suspende todas las negocaciones con el ayuntamiento, y contrata a Monk para investigar la muerte de Cusack. Si Monk declara que ha sido un suicidio, el sindicato promete regresar a la mesa de negociación.

Monk y Natalie visitan el despacho de Cusack para inspeccionar la escena del "crimen". Cusack fue encontrado con un agujero de bala en la cabeza, sosteniendo una pistola con su mano derecha. Monk quiere demostrar que la muerte fue un suicidio, pero las pruebas de la escena parecen indicar otra cosa. Para empezar, Cusack era zurdo, aunque lleva una muñequera en la mano izquierda (lo que indica un esguince reciente). Por otra parte, hay signos que sugieren que hubo alguien más en el despacho: hay marcas de desgaste en la mesa (donde alguien apoyó los pies) y faltan todos los anacardos del bol de frutos secos.

Sin embargo Monk, ansioso por acabar con la huelga de basura, decide mentir: dice a los reporteros que Jimmy Cusack se suicidó.

Al día siguiente, Natalie se enfrenta a su jefe. Ya le conoce demasiado bien como para pasar por alto los signos de juego sucio; y le da un ultimátum: o él investiga el caso, o ella dimite. Monk accede, y explica al capitán Stottlemeyer que es posible que Cusack fuera asesinado. El capitán inicia una investigación de homicidio completa. La huelga de basureros prosigue.

El alcalde Ray Nicholson solicita una entrevista con Monk. El detective queda petrificado cuando ve que los zapatos de Nicholson están rayados, y que además este tiene una adicción compulsiva por los anacardos. No sólo eso, sino que el alcalde dice haber perdido su paraguas... y Monk recuerda que en el despacho de Cusack apareció un paraguas no identificado.

En el vestíbulo del ayuntamiento, Monk susurra su descubrimiento a Stottlemeyer: no está seguro de que el alcalde sea el asesino, pero desde luego estuvo en el despacho de Cusack la noche en que este murió. Por desgracia, resulta que están parados en el famoso "rincón de los susurros", que transmite su voz por todo el vestíbulo... directamente hacia un grupo de reporteros.

La opinión pública tacha al alcalde de ser el asesino de Cusack, y la huelga empeora. Monk vuelve a examinar la escena del crimen, y descubre lo que ocurrió: queriendo acabar con la huelga, el alcalde Nicholson visitó el despacho de Cusack y le disparó en la cabeza. Luego, colocó una pistola en su mano derecha. Sin embargo, al ver unas fotografías en la pared, Nicholson se dio cuenta de que Cusack era zurdo. Tuvo que improvisar: corrió a una droguería cercana y compró una muñequera. Después volvió al despacho y la colocó en la mano izquierda de Cusack (para que pareciera que este se había visto forzado a dispararse con la diestra). Cuando salió del despacho por segunda vez, el alcalde se dejó allí su paraguas.

Monk sigue las pistas hasta la droguería. El dependiente le muestra el recibo de venta, diciendo que está completamente seguro de que el cliente no era el alcalde de San Francisco. Nicholson es inocente; por primera vez en su vida, Monk se ha equivocado.

El desorden y el olor de la basura tienen cada vez más efecto sobre la cordura de Monk (por no mencionar sobre sus habilidades deductivas). De hecho, el doctor Kroger descubre que Monk se está deshaciendo de su basura enviándosela por correo a su casa.

A la mañana siguiente Natalie llama a Stottlemeyer y a Disher, para anunciarles que Monk ha conseguido un camión de la basura, y está intentando limpiar San Francisco él solo. Cuando Natalie le recuerda que tiene un caso que resolver, el detective estalla en carcajadas y responde que ya lo ha hecho. Lo ha comprendido todo después de ver un cartel del próximo concierto de Alice Cooper. En dicho cartel, Alice aparece sentado en un sillón de orejas, similar al del despacho de Cusack.

Monk explica lo ocurrido: Alice Cooper, como todas las estrellas del rock, es un ávido coleccionista de sillones antiguos. Después de leer un artículo sobre el de Cusack, la envidia le consumió: se coló en su despacho, le dio una paliza, y le disparó en la cabeza. Por desgracia, la bala atravesó el sillón, y por eso no se lo llevó.

Mientras Monk introduce la basura en el compactador de su camión, el compartimento se desborda. El detective termina enterrado entre bolsas de basura.

Exasperado, Stottlemeyer lleva a Monk a una "habitación limpia", en una fábrica de ordenadores: herméticamente sellada, insonorizada, y 100% libre de gérmenes y suciedad. Los pensamientos de Monk por fin se aclaran, y en pocos segundos resuelve el caso.

Monk explica qué ocurrió en realidad. De acuerdo con el recibo de la droguería, el hombre que compró la muñequera también adquirió un paquete de cigarrillos Belgian Gold. Monk recuerda que, durante la investigación inicial, el contable del sindicato (Ron Neely) estaba fumando un cigarro de esa marca. Neely es un sospechoso más lógico que el alcalde o Alice Cooper: después de todo, él mismo anunció que 300.000 dólares se habían esfumado de los fondos del sindicato. Si Neely estaba echando mano a los fondos, acabarían pillándole cuando la huelga se prolongara: las cuentas serían auditadas, como parte de la negociación. Para evitar ser descubierto, Neely tenía que matar a Cusack.

Eso fue exactamente lo que hizo, y luego intentó que pareciera un suicidio. Sin embargo, se dio cuenta de que había cometido un gran error: había puesto la pistola en la mano derecha de Cusack, y este era zurdo. Por consiguiente, Neely tuvo que visitar una droguería cercana para comprar una muñequera. Al salir de la oficina, alcanzó el paraguas del alcalde.

¿Qué hacía el paraguas allí? El alcalde había estado en el despacho de Cusack esa noche (lo confirman las marcas en la mesa y la ausencia de anacardos en en bol). Horas antes del asesinato, Nicholson y Cusack se reunieron en secreto, intentando encontrar una solución a la huelga. Era un encuentro extraoficial, porque se suponía que ambas partes no conversaban. El alcalde olvidó su paraguas al marcharse. Jamás admitiría que había estado en el despacho de Cusack, porque esto hubiera supuesto un suicidio político.

Ron Neely es arrestado, y la huelga finaliza. Monk se convierte en el nuevo héroe del sindicato; los basureros vuelven al trabajo, poniendo fin a una de las peores crisis que Monk haya tenido que soportar.

Personajes y reparto[]

Enlaces de interés[]

Otros idiomas[]

Advertisement